sábado, 10 de marzo de 2012

Segunda parte.

Afortunadamente el desenlace de la compra de entradas no tiene mucho misterio y las conseguimos 'rápidamente' y sin dolor.
Las entradas
Fuimos al mismo lugar que dos días antes e hicimos una cola menor, sólo había una persona delante que mientras era atendida se leyó una revista de cotilleos. Imagino que lo de llevar revistas y libros es para amortiguar el aburrimiento de la espera tanto en la cola como mientras se es atendido. Pero lo dicho, que fue muy bien y logramos las entradas.
El papel de la entrada está timbrado y es de altísima calidad, parece que tiene más seguiridad que los billetes de banco para evitar la astucia de los criminosos. Guardaremos una muestra de las entradas como recuerdo.


La entrada a la Sala Sao Paulo

Dentro de la sala Sao Paulo

El concierto estuvo interesante, el edificio también. Efectivamente está en pleno centro de Sao Paulo rodeado de miseria  pero dentro todo se olvida.



jueves, 8 de marzo de 2012

El capítulo de hoy versa sobre la compra de entradas por Internet. Creo que hay algunas mínimas diferencias que es conveniente conocer antes de dar el salto a hacer la compra así que trataremos de contar la historia tal como nos ocurrió para que los próximos aventureros que quieran hacer lo mismo estén preparados.

Breve reseña introductoria.

Bien es sabido que los viernes en Sao Paulo hay dos periódicos (El Estado y La Folha) que distribuyen gratuitamente una agenda semanal con todos los acontecimientos culturales que acaecerán en Sao Paulo durante la semana siguiente. Nosotros, como seres culturales que somos, los viernes tenemos una cita con esas agendas y repasamos todo aquello que nos puede resultar interesante bien por precio ya que hay muchas actividades gratis, como por contenido.

Pues bien, y ya me voy acercando al meollo, vimos que este sábado se estrena la temporada de la Sinfónica  de Sao Paulo con un concierto de Beethoven y con precios más que interesantes. Conclusión, queremos ir. El concierto es en la sala Sao Paulo que por lo visto debe ser una de las mejores del mundo en cuanto a acústica, situado en pleno centro, construido sobre parte de una estación de tren que aún funciona, pero que, por lo que me han comentado, no se nota ni una mínima vibración.

Comprando la entrada.

Las entradas se compran a través de una web especializada en vender entradas por internet, una especie de ticktackticket  a la brasileira. La web es bastante normal y adecuada. Es más, casi diría que es hasta intuitiva y fácil de usar.
La compra se realiza tras seleccionar los asientos y pagar una pequeña comisión de 5,4 reais. La entrada son 30 reais, precio más que decente para escuchar a una orquesta sinfónica de renombre. Haciendo una regla de tres simple se ve que la comisión de compra por entrada es de casi un 20%.
Vale, la web solicita los datos del dueños de la tarjeta, la tarjeta y demás y al finalizar devuelve un número localizador. Con esto la compra queda realizada pero resulta que las entradas no se pueden imprimir, hay que pasar a recogerlas a algún local concertado.
Afortunadamente tenemos uno cerca, en el centro comeracial Iguatemí. Iremos al día siguiente porque hemos comprado las entradas a la noche.

Recogiendo las entradas

Atención niños, vamos a repasar unos casos reales que ocurrieron mientras estábamos en la fila para ver que es lo que NO hay que hacer para ir a recoger las entradas.

Caso 1:
--Bueeeenas, vengo a recoger unas entradas que compró mi mamá. He traído su identificación y la tarjeta con la que se pagaron y el número de localizador.
--Oh, cuánto lo siento. Debe venir tu mamá en persona a recoger las entradas, no nos fiamos de que seas su hijo o de que le hayas robado la identificación y la tarjeta, y hayas comprado tu las entradas.
-- Pero si es mi mamá y tiene la pierna rota, no puede venir.
-- Pues nada, majo.

Caso 2:
-- Buenas, quería ver si tienen entradas y cuánto valen.
-- ¿Para qué día?
-- No se, ¿me puede  ir yendo día a día y leyendo los precios?
-- Pois nao (esto es un pues claro, cómo no, en portugués)
Así que 20 minutos después, tras haber recitado la lista de los reyes godos trescientas veces.
-- uy, pues no lo tengo claro, igual vengo a que me recite los precios otro día a ver si más adelante los precios son más bajos.
-- Vale, hasta entonces. Un placer.

Caso 3:
Este caso ocurre después de los otros dos, en orden cronológico.
-- Hola, vengo a por unas entradas.
-- ¿Tiene el localizador?
-- Tengo que buscarlo que no lo tengo a mano. ¿No es suficiente con mi identificación y tarjeta bancaria?
-- Lo siento pero no, necesitamos asegurarnos que Ud compró las entradas y no me la quiere dar con queso.
-- Está bien, un segundo que busco el dichoso localizador.
Después de buscar un rato aparece...
-- Aquí tiene el localizador.
-- Muy bien, déjeme buscar... Oh, vaya, ¿cuándo compró Ud las entradas?
-- Ayer a la tarde.
-- Me temo que no están disponibles todavía puesto que no han pasado 48 horas.
-- ¿Perdón?
-- Sí, que una vez compradas tienen que pasar 48 horas antes de que puedan ser recogidas.
-- * Cara pez *
-- ¿No leyó Ud la letra pequeña del mail de confirmación?
-- Se ve que no. Bueno, ya volveré en otra ocasión, cuando hayan pasado 48 horas.

Caso 4. Caso de éxito:
-- Hoooooola, vengo a recoger unas entradas que compré YO, vengo con MI identificación, MI tarjeta bancaria, MI localizador y MI persona, en persona, libremente ante los ojos de Dios y de cualquier juez de paz que quiera ser testigo.
-- Está bien, aquí tiene sus entradas-. Ud. Lo disfrute

Reflexión.


Lo que está claro en este caso es que hay que ser un mismo con todos sus documentos legales precisos para poder recoger las entradas. Que pasen 48 horas es lo que me tiene más escamado. ¿Acaso es el tiempo medio que necesitan los empleados de las taquillas para transcribir manualmente los datos que se introdujeron automáticamente en una base de datos a través de internet al comprar las entradas? No se, en la era de las comunicaciones y actualizaciones de datos online resulta extraño. Pero claro, la comisión de 5,4 reais por entrada tiene que servir para pagar a alguien.

En cualquier caso, este blog recomienda no comprar entradas por internet si faltan menos de dos días para el concierto.


To be continued....
Próximamente el resto de la historia. ¿Tendremos éxito? ¿Llegaremos a ver el concierto?



lunes, 5 de marzo de 2012

Seguimos a vueltas con el piso, todavía no lo tenemos y es que esto de la burocracia brasileña no tiene precio. Hay que dar más vueltas que un tiovivo y hay firmar y rellenar documentos cosa mala. Esperemos que el último paso que falta se cumpla hoy (el aval bancario).


Aprovechando que no tenemos piso y, por lo tanto, no podemos ir a comprar muebles, sí que hemos estado haciendo cosas por Sao Paulo. El sábado a la tarde estuvimos en un concierto de bossa nova en un centro cultural de un banco. En el concierto estaba al clarinete el mismo mozo que lo estuvo la semana antes con imo Trio. 
Concierto 1
Si es que el mundo es un pañuelo. El concierto nos gustó mucho, eran tres chavalotes, uno a la guitarra, otro cantando y el tercero con el clarinete y el saxofón. El cantante era muy majete e incluso cantó dos en español. La primera vez que cantaba una que decía Farolito que alumbras apenas mi calle desierta no caí en la cuenta del idioma y pensé que de repente entendía el portugués de maravilla.
El trío cerró el concierto con otra en español: Bésame mucho. Tema bastante internacional y conocido.
Lo dicho, nos gustó mucho el concierto aunque una hora de bossa nova puede acabar cansando no lo hizo. El cantante tenía su gracia y para í que era el maestro Snake de la saga Harry Potter. No se aprecia mucho en la foto pero sí, es el... o su doble.

Caipirinha
Después nos fuimos a cenar por nuestro futuro barrio y encontramos un bar al lado del irlandés All Black que nos gustó. Un par de caipirinhas, uns bocatas y una ensalada cortesía del dueño. Un buen ambiente y música setentera que se ve que se lleva mucho por aquí.

El domingo fuimos a ¡otro concierto! Es que Sao Paulo tiene música a todas horas y encima, mucha de ella gratis. Esta vez era otro trío tocando música tradicional brasileña. Piano (Carla Arnoni), guitarra (Renato Consorte) y percusión (Manuel Pacífico) en el teatro Arthur Rubinstein de la Hebraica. A gusto, de hecho, salimos con un tema superpegadizo que tocaron al final (algo así como sambou sambou) pero que ya se nos ha ido. ¿o no? Es muy pegadiza:
http://www.youtube.com/watch?v=VOyQcLyIw_Y




Concierto 2
Uhmmm, picanha
Después nos comimos 2 picanhas entre 3 que nos dejaron baldaos y listos para una siesta de muchas horas. Eso sí, riquísima, ¿eh? Te dan la picanha con algo de ajillo encima y una plancha caliente para que te la cocines a tu gusto. Excelente. El lugar se llama el Bar de Juarez. Lo único malo es el calor y el olor a comida que se te queda en el cuerpo.