El capítulo de hoy versa sobre la
compra de entradas por Internet. Creo que hay algunas mínimas diferencias que es conveniente conocer antes de dar el salto a hacer la compra así que trataremos de contar la historia tal como nos ocurrió para que los próximos aventureros que quieran hacer lo mismo estén preparados.
Breve reseña introductoria.
Bien es sabido que los viernes en Sao Paulo hay dos periódicos (El Estado y La Folha) que distribuyen gratuitamente una agenda semanal con todos los acontecimientos culturales que acaecerán en Sao Paulo durante la semana siguiente. Nosotros, como seres culturales que somos, los viernes tenemos una cita con esas agendas y repasamos todo aquello que nos puede resultar interesante bien por precio ya que hay muchas actividades gratis, como por contenido.
Pues bien, y ya me voy acercando al meollo, vimos que este sábado se estrena la temporada de la Sinfónica de Sao Paulo con un concierto de Beethoven y con precios más que interesantes. Conclusión, queremos ir. El concierto es en la sala Sao Paulo que por lo visto debe ser una de las mejores del mundo en cuanto a acústica, situado en pleno centro, construido sobre parte de una estación de tren que aún funciona, pero que, por lo que me han comentado, no se nota ni una mínima vibración.
Comprando la entrada.
Las entradas se compran a través de una web especializada en vender entradas por internet, una especie de ticktackticket a la brasileira. La web es bastante normal y adecuada. Es más, casi diría que es hasta intuitiva y fácil de usar.
La compra se realiza tras seleccionar los asientos y pagar una pequeña comisión de 5,4 reais. La entrada son 30 reais, precio más que decente para escuchar a una orquesta sinfónica de renombre. Haciendo una regla de tres simple se ve que la comisión de compra por entrada es de casi un 20%.
Vale, la web solicita los datos del dueños de la tarjeta, la tarjeta y demás y al finalizar devuelve un número localizador. Con esto la compra queda realizada pero resulta que las entradas no se pueden imprimir, hay que pasar a recogerlas a algún local concertado.
Afortunadamente tenemos uno cerca, en el centro comeracial Iguatemí. Iremos al día siguiente porque hemos comprado las entradas a la noche.
Recogiendo las entradas
Atención niños, vamos a repasar unos casos reales que ocurrieron mientras estábamos en la fila para ver que es lo que NO hay que hacer para ir a recoger las entradas.
Caso 1:
--Bueeeenas, vengo a recoger unas entradas que compró mi mamá. He traído su identificación y la tarjeta con la que se pagaron y el número de localizador.
--Oh, cuánto lo siento. Debe venir tu mamá en persona a recoger las entradas, no nos fiamos de que seas su hijo o de que le hayas robado la identificación y la tarjeta, y hayas comprado tu las entradas.
-- Pero si es mi mamá y tiene la pierna rota, no puede venir.
-- Pues nada, majo.
Caso 2:
-- Buenas, quería ver si tienen entradas y cuánto valen.
-- ¿Para qué día?
-- No se, ¿me puede ir yendo día a día y leyendo los precios?
-- Pois nao (esto es un pues claro, cómo no, en portugués)
Así que 20 minutos después, tras haber recitado la lista de los reyes godos trescientas veces.
-- uy, pues no lo tengo claro, igual vengo a que me recite los precios otro día a ver si más adelante los precios son más bajos.
-- Vale, hasta entonces. Un placer.
Caso 3:
Este caso ocurre después de los otros dos, en orden cronológico.
-- Hola, vengo a por unas entradas.
-- ¿Tiene el localizador?
-- Tengo que buscarlo que no lo tengo a mano. ¿No es suficiente con mi identificación y tarjeta bancaria?
-- Lo siento pero no, necesitamos asegurarnos que Ud compró las entradas y no me la quiere dar con queso.
-- Está bien, un segundo que busco el dichoso localizador.
Después de buscar un rato aparece...
-- Aquí tiene el localizador.
-- Muy bien, déjeme buscar... Oh, vaya, ¿cuándo compró Ud las entradas?
-- Ayer a la tarde.
-- Me temo que no están disponibles todavía puesto que no han pasado 48 horas.
-- ¿Perdón?
-- Sí, que una vez compradas tienen que pasar 48 horas antes de que puedan ser recogidas.
-- * Cara pez *
-- ¿No leyó Ud la letra pequeña del mail de confirmación?
-- Se ve que no. Bueno, ya volveré en otra ocasión, cuando hayan pasado 48 horas.
Caso 4. Caso de éxito:
-- Hoooooola, vengo a recoger unas entradas que compré YO, vengo con MI identificación, MI tarjeta bancaria, MI localizador y MI persona, en persona, libremente ante los ojos de Dios y de cualquier juez de paz que quiera ser testigo.
-- Está bien, aquí tiene sus entradas-. Ud. Lo disfrute
Reflexión.
Lo que está claro en este caso es que hay que ser un mismo con todos sus documentos legales precisos para poder recoger las entradas. Que pasen 48 horas es lo que me tiene más escamado. ¿Acaso es el tiempo medio que necesitan los empleados de las taquillas para transcribir manualmente los datos que se introdujeron automáticamente en una base de datos a través de internet al comprar las entradas? No se, en la era de las comunicaciones y actualizaciones de datos online resulta extraño. Pero claro, la comisión de 5,4 reais por entrada tiene que servir para pagar a alguien.
En cualquier caso, este blog recomienda no comprar entradas por internet si faltan menos de dos días para el concierto.
To be continued....
Próximamente el resto de la historia. ¿Tendremos éxito? ¿Llegaremos a ver el concierto?