sábado, 26 de enero de 2013

Extrema (II)


Sábado

El día antes habíamos pedido que nos ayudaran a encontrar una empresa que nos llevara a hacer rafting. Nos confirmaron que podíamos y el sábado de mañana madrugamos para ir. Incluso la dueña de la posada vino a la habitación a recordarnos que el desayuno estaba listo y que había que ser puntuales, que son muy serios en la empresa.

Tras desayunar los dueños de la posada nos hicieron seguirles hasta al pueblo ya que iba toda la familia a hacer compras. Llegamos a la plaza y nos apeamos, nos llevan a unas galerías comerciales y… nada. Que no hay empresa de rafting allí. Uno de los niños de la posada había creído que sabía dónde era y los mayores se habían fiado. Para colmo, no sabían dónde era y la oficina de turismo estaba cerrada. Dimos unas vueltas hasta que abrieron la ofi y allí nos dieron la dirección. Afortunadamente llegamos bien, con una hora de retraso pero llegamos. Como no había más clientes no tuvimos problema. Me gusto el lugar porque compartían la empresa de aventuras con un centro de estética femenina. Podías hacerte las uñas y el bigote antes de montar en barca.

Contratamos y pagamos, firmamos los seguros y nos mostraron el equipo a emplear: casco, chaleco y remo. No había neopreno. Caramba, a comprar ropa de baño tuvimos que ir. Menos mal que había una tienda de esos elementos cerca.

Al final ya conseguimos llegar al rafting. Por fin. Nos mostraron los básicos en tierra, luego repetimos en agua y por fín nos lanzamos a la corriente. Corriente bastante fuerte ya que había estado lloviendo fuerte últimamente. Mucho mejor, más emoción aunque el color del agua era un poco chocolate y no se veía nada dentro. Bienvenidos al río Jaguarí. Por lo que nos contaron, el tercer río de Brasil más interesante para hacer rafting.

A nosotros no nos defraudó, entre los saltos que tenía y el caudal extra fue breve pero intenso. Además, que también se puso a jarrear mientras estábamos en la barca y eso le dio un toque extra de aventura. Eso y 2 capibaras que vimos.

Tras la inmersión en agua turbia que no estaba tan fría como para necesitar neopreno, todo sea dicho, nos fuimos a duchar a la posada. Antes habíamos pedido consejo a uno de los del rafting para que nos dijera dónde comer. Nos recomendó el almacén de Bertolotti (aunque todos entendimos Bertolucci cuando lo dijo).

Aviso en el almacén
El Almacén de Bertolotti es un lugar agradable, un almacén que vende productos de todo tipo para los que allí viven que amplió tras una crisis y creó una zona de restaurante. Uno de los dueños, que parecen hermanos, de la familia Bertolotti, nos acogió y recomendó perfectamente. Nos contó la historia local y la costumbre que tienen de hacer fotos a los famosos que llegan. Esas fotos las ponen en los servilleteros en las mesas para que los veamos. En nuestra mesa no los conocíamos, por lo que nos dijo eran pollos de telenovela.

Comida ligera en el almacén
El caso es que nos recomendó comer un plato de ellos a base de carne de cerdo y tubérculo. Lomo, torreznos, salchicha, patata… riquisimisísimo, la verdad. Además, que lo presentan en breve en un certamen en Nueva York. No se si por allí la comida “sana” triunfará pero a mí me dejó encantado. Además le dimos también al buffet y a los postres. Todo exquisito. Alguien nos dijo que en Minas Gerais no se come mal y tenía razón. Aquí el precio fue más elevado pero no desproporcionado. Salimos felices.
Si ya el día anterior habíamos comido hasta reventar, esta vez fue incluso peor. Casi caímos dormidos así que decidimos ir a pasear para bajar un poco la panza. Paseando por Extrema nos entró modorra y sed así que fuimos a tomar unos refrescos y unos helados y nos sentamos en la plaza a ver el tiempo pasar.
Gracias a esta situación, en la plaza pasamos una tarde de lo más entretenida. Había boda brasileña al gusto local. Nos dimos cuenta cuando empezaron a llegar los invitados a la misma.

Empezó el desfile poco a poco. Vimos gente vestida con trajes cortos, muy cortos. Algunos cortos por abajo, tanto que tenían que estirarlos para que no pareciera un cinturón, y otros cortos por arriba, que también tenían que estirar para que no se escapara nada.

Colores, de casi todos. Mejor no enumerarlos pero los verdes, a mi modo de ver, fueron los más numerosos.

El shock nos lo llevamos al ver las piernas que no ocultaba uno de los vestidos cortos. Cosa más fea e impactante no podía ser. Veamos cómo describirlo… Imaginemos una masa deforme y grasienta de anchura desmesurada de rodilla para arriba, y fina de rodilla para abajo. No voy a decir que de rodilla para abajo fuera bonita pero no era desagradable del todo. De rodilla para arriba era horripilante. Asustaba, daba miedo. Queríamos dejar de mirar aquello, pero no podíamos. ¿Por qué no se puso una falda larga en vez de minifalda? Qué horror.

Antes de continuar con la boda, dejadme introducir a todo un personaje que pulula por la plaza de la iglesia de modo rutinario. En las dos tres horas que estuvimos por allí pudimos estudiar sus hábitos, estos son:
Sujeto: Una mujer no muy madura de edad indefinida.
Higiene: Escasa. La mujer es bastante cochina, lleva la falda bastante sucia.
La mujer dormitando
Hábitos: Pasa unos 10-15 minutos tumbada en un banco de la plaza de la iglesia, después se levanta y va a por víveres. Como víveres entiéndase helado, tabaco y cosas así que creemos que consigue pidiendo durante sus viajes. El viaje es alrededor de la iglesia, que es el centro del pueblo.

Con los víveres suele retornar a la plaza, busca un nuevo banco, diferente al anterior, y se recuesta otra vez. Si hay alguien en el banco que ella elije no duda en despacharlo de un modo sutil consistente en tumbarse en el banco y extender las piernas. En algunas de las incursiones entra en la iglesia antes de volver a un banco.

Y es aquí donde vamos a ligar con nuestra historia de la boda. Como en sus paseos suele entrar en la iglesia, mientras llegaban los invitados ella entró un par de veces en la iglesia, una casi hasta fumando. Entra y sale, si hay gente sacando fotos no le preocupa mucho.

Entrada triunfal
Como Pedro por su casa
Como estábamos en primera línea y no perdíamos detalle pudimos disfrutar de la música de entrada, nada más y nada menos que la que da comienzo a la película 2001 Odisea del Espacio. Casi nada. Yo imaginaba al mono echando al aire un palo y mientras la novia avanzaba lentamente hacia el altar. Pero ahí entró en acción la mujer del parque, mientras la novia estaba esperando para entrar con el padrino, allí se acercó la señora. Todos los que estábamos en el parque atentos al devenir de la boda, nos quedamos boquiabiertos, allí estaba la novia y la loca. Menos mal que no le dejaron entrar con la música de 2001 del brazo de la novia.

La boda seguía, de vez en cuando escuchábamos la música y la loca daba vueltas. El final de la ceremonia nos desencantó un poco porque salieron y se marcharon sin hacer mucha fiesta.
Nosotros fuimos al local de moda del pueblo, que está en un lateral de la iglesia (¡cómo no!) que tiene música en directo y mesas en la calle que ocupan, por lo que deducimos, los habituales del lugar. Todas las semanas iguales:
  • Familia de rubias de agua oxigenada
  • Los quinquis del barrio, que están fumando pipas de agua
  • Los amigos de los músicos
  • La familia numerosa más normal, con los niños.
  • Los deportistas que están tomando algo en chándal
  • Los extraños, que somos nosotros.

Y, de vez en cuando, la loca del pueblo pasa por ahí. Yo fui al baño y me contaron que quería quitarme la coca cola y que una de las familias habituales del local la echó de ahí.

Fragoneta en Extrema
Bebidas espirituosas
La vuelta a la posada no fue traumática esta vez pero como seguíamos sin hambre pasamos antes por el súper a comprar un par de cosillas y descubrimos las mejores bebidas de Brasil. O mejor dicho, las bebidas con el mejor márketing de Brasil.





viernes, 25 de enero de 2013

Extrema (I)


Viernes, que es cuando ocurre la siguiente historia.

Nos vamos de excursión a Extrema, un pequeño pueblo en el estado de Minas Gerais, pegadito a la frontera con el estado de Sao Paulo. Ahí pretendemos descansar y olvidar un poco el barullo de la civilización gris a base de hormigón de la ciudad. Queremos aprovechar bien el viernes que es festivo en la ciudad de Sao Paulo ya que se celebra el 459 aniversario de su fundación.

Nos ponemos en camino bastante temprano para no pillar atascos y lo logramos, abandonamos la ciudad fácilmente y sin dolor, un poco de tránsito en las cuestas pero nada grave. De tan felices que estamos hacemos un alto para echar gasolina y comer pan de queso.

Mirante de Minas
Llegamos a la posada Mirante de Minas sin mayores problemas, nos habían dado bien las indicaciones sin las cuales no llega ni el apuntador. Está en una montañita y tiene buenas vistas pero para llegar hay que recorrer varios kilómetros por pistas de tierra sin asfalto. Menos mal que llevamos un coche de altura… aunque también nos faltará potencia y agarre más adelante.





En la posada pedimos consejo para ir a comer y nos recomienda el rincón de Mendez (o Nunhez, ya no me acuerdo) nos dice que es un lugar espectacular, con cascada, lago, vistas y otras atracciones. Ah, y que se come muy bien. Nos da unas instrucciones un tanto imprecisas para llegar pero nos indican que los vecinos que tenemos en la posada saben llegar y que van para allí así que les seguimos.




Vistas desde la posada
Pajarillos de cable
Seguimos a los vecinos durante cerca de 40 minutos por pistas de tierra, pasando cruces, subiendo y bajando. Se veía que no sabían casi cómo ir así que de vez en cuando, cuando se veía a alguien por esas pistas, paraban a preguntar. Por ejemplo a una familia que comía feliz. Les preguntaron los vecinos del coche de delante y siguieron para adelante. Les preguntamos también nosotros. No sabían nada del lugar al que queríamos llegar. Continuamos siguiendo a los vecinos. Total, lo peor que podía pasar es que nos tuviéramos que dar la vuelta.

Unos kilómetros más adelante preguntamos a un señor que descansaba en el camino y nos miró extrañado cuando le dijimos lo que buscábamos. Al describirle un poco el lugar conforme nos lo habían descrito a nosotros parece que supo dónde era y conseguimos llegar. Afortunadamente estaba en la siguiente curva y cuesta.

El acceso al sito era de lo más curioso, con unas columnas “aztecas” esculpidas sobre hormigón. El sitio en sí parecía un remix de gustos estéticos, había dos buggies con curiosos carteles, rosetones a los lados del edificio, un charco artificial… pero estaba cerrado. Además de verlo cerrado físicamente, un señor que por ahí estaba trabajando y que tenía solo dos dientes en la boca nos lo confirmó amablemente.

Casi me alegré de que estuviera cerrado porque a simple vista no parecía muy interesante, igual por dentro era un derroche del buen gusto estético y de la alimento sano y saludable. Nos quedaremos con la duda.

Detalle del lugar de Mendez
Arte "Azteca"






Carreteras de tierra
El Lugar de Mendez o Nunhez
















Con el estómago vacío nos dirigimos hacia atrás sobre nuestros pasos, siguiendo otra vez al otro coche pero esta vez ya hasta un punto en el que nos cansamos porque ellos no sabían dónde iban y, por lo tanto, nosotros tampoco.

Al final dejamos las pistas y pillamos una carretera con asfalto y algo más principal donde vimos un acceso a una cachaçería donde tal vez nos dieran pitanza pero no. Nos informaban que solo daban picoteo pero nos recomendó un lugar que estaba a 8km, ah no, a 8.5km exactamente. Era Extrema Sabor.


De vuelta a la carretera andamos un par de kilómetros después vemos un cartel que indica Extrema Sabor a 8,5km!! Y justo, 8km después hay un cartel que indica que en el punto kilométrico 8.5 está el restaurante.
Llegamos, entramos y nos atiende el dueño, muy majete y simpático que nos hace sentir como en casa. Es buffet libre de comida minera, maravillosa y barata. Acompañado de música bien alta (que luego tuvo la gentileza de bajar) de un montón de estilos musicales, desde canción melosona hasta metal trash. En la variedad está el gusto por lo visto. Lo mejor, la cuenta, por 130 reales nos ponemos las botas 4 personas con comercio y bebercio. A parte del buffet libre habíamos pedido también extras, como una chistorra minera para relamerse los dedos.



Pancillenos como gorrinos después de un banquete nupcial nos fuimos a la cachaçería que habíamos visitado antes para degustar unas caipirinhas. Una presentación y un aspecto envidiable. Un poco cargadas pero así nos duraron más. Nos pusimos tibios también a bolitas de bacalao, queso y salchicha para cerrar la jornada y, mientras procedíamos, la moza nos hizo una degustación de productos que ellos elaboraban y que nos ofreció para que compráramos. Y compramos. Mientras en la calle llovía y llovía lo que no está escrito.
La chica de la cachacería nos pidió permiso para fotografiarnos y ponernos en el facebú y concedimos. Luego vimos que estaba muy sorprendida de que nos pidiéramos unas caipirinha por cabeza y que nos comiéramos el bacalao y lo demás. Si es que somos de buen comer y mejor beber y allá donde vamos, asombramos.

Casi rodando por el suelo como bolas fuimos al coche para llevarnos de vuelta a la posada, que era de noche y llovía.

Llegamos, sí, pero después de equivocarnos de camino justo al final y seguimos con el coche, intentando subir por una resbaladiza pista de barro, empinadísima, con tracción delantera y con el coche lleno. A base de insistir, el chofer casi desgastó el barro y el coche no subía. Al final accedió a que los que íbamos atrás nos sacrificáramos por la manada y diéramos la oportunidad al coche para que subiera. Tras infructuosos intentos, cogiendo carrerilla incluida, el experimentado conductor, que una vez se dedicó a los rallyes, consiguió subir la rampa. Nos esperó arriba y cuando llegamos y avanzamos un rato nos dimos cuenta que habíamos hecho el canelo porque por ahí no se iba a la posada.

Pero estuvo bien. Llegamos a la posada cansados, mojados, sucios y sudorosos, pero llegamos. Allí nos esperaban preocupados porque no llegábamos… y encima vieron pasar de largo un coche. El nuestro.

La rampa de barro que nos hizo sudar
Estrellas del Facebú

domingo, 20 de enero de 2013

En busca del piano deseado

Parece que esta vez hemos dado con la tecla. Temerosos fuimos el sábado a una nueva tienda de pianos para comprar uno de segunda mano dado que en la otra tienda (pianíssimo, en Sao Paulo) parece que no quieren venderlos aunque los tengan. Ya estábamos más que traumatizados con la dilatada experiencia anterior en la mencionada tienda que llegamos a esta con cierto resquemor.

Nada pudo ser mejor, probamos unos pianos y elegimos uno que nos gustaba, nos dieron fecha de entrega este próximo jueves y pagamos la mitad del mismo como señal. Nos diicen que lo pulen y lo afinan y nos lo llevan sin falta aunque nos lo van a reconfirmar el miércoles para que no les cierren la puerta en el edificio cuando lo lleven.

¿La impresión? que aunque esta otra tienda está en una zona menos "pija" que la otra, el trato ha sido de lo más agradable y, por lo que hemos visto por ahora, la eficacia es mil veces mayor. Además, vimos que en esta tienda sí había un técnico de pianos que estaba afinado uno y había otro chaval que estaba desmontado otro así que parece que trabajan de verdad.


Con esperanzas renovadas, veremos el jueves si tenemos piano en casa aunque esta vez me atrevería a decir que sí.

Edito unos días más tarde....


¡¡¡TENEMOS PIANO!!!

martes, 15 de enero de 2013

2013, mal número si no crece

Pero crecerá, fallaron los mayas y todo lo que esté por venir fallará.

Volvemos a Brasil después de vacaciones navideñas en nuestra tierra natal y claro, como hemos entrado en un nuevo año no queda otra que desear un feliz 2013 aunque ya hayan pasado 15 días desde el cambio de año.
Como propósito inicial de este año hemos marcado conseguir un piano ya que el 2012 se caracterizó mucho por las facilidades que la tienda Pianissimo daba para comprar uno. Sí, es coña pero es real como la vida misma, comprar un piano es harto difícil. Ni llevando el fajo de billetes en la mano.
Otro objetivo es entrar en una banda de rock para poder cantar como Loquillo que tengo una banda de rock y por ahora pinta bien. Me acaba de escribir un cantante con el que ya hice un ensayo para entrar en una banda cover de Iron Maiden en la que me admitieron como miembro pero que tuvo problemas con el batera y se disolvió nada más comenzar.

Ya hablaremos, disfruten del 2013.