miércoles, 31 de octubre de 2012

Visita a la óptica

Como tengo las chifas bastante rayadas y, aprovechando del buen tiempo (*) que no permite muchos excesos, ayer nos pasamos por una óptica a ver si encargábamos unas.
Más o menos funcionan como en España, es decir, en los dos paises estos locales venden gafas y productos para la vista. Pero aquí en Sao Paulo, la atención al cliente prima y ya, desde el momento en que entras en la tienda te sientes sobreatendido. Te preguntan que deseas y demás, se comenta el tiempo que hace y te piden las gafas viejas para verte la graduación.
Lo demás muy similar, miras modelos de gafas hasta la extenuación mientras el atendente no para de hablar y de comentar las más variopintas cosas.
Decides el modelo de gafa y pasas a decidir los cristales que quieres. El señor atendente te da todas las explicaciones y propiedades físicas sobre los cristales de policarbonato y tratamiento de reflejos que puedas desear y, finalmente decides y encargas. Aquí es donde está la diferencia más notable. Por regla general, las ópticas no graduan la vista todos los días, solo cuando está el médico. Y, cuando está, la graduación es bajo pago de 180 reales (imagino que esto variará dependiendo del médico). En realidad cuando nos lo dijo y nos quedamos mirando dijo que en el piso de arriba de la óptica había también "alguien" que te mide la graduación por solo 60 reales.
Así son las cosas aquí... que se paga por todo. Raro es que me sorprendiera viendo cómo son las cosas.
Ah, durante el proceso del pago, el señor vendedor de gafas también nos dio un master sobre cómo detectar si nos están tratando de duplicar la tarjeta de crédito. Esperemos que nos sirva :D

Me pasaré la semana que viene a por las gafas nuevas. A ver si hemos acertado.


(*) Ayer, según todos los medios de comunicación y desde que se conoce el termómetro en Brasil, fue el día más caluroso de todos los Octubres habidos hasta ahora. Y vaya si lo fue. A las 10.00 ya estábamos a 34 y, aunque no subió mucho más si fue posible cocerse lentamente con el calor del asfalto, de los coches y autobuses. Parece que llevamos un año loco de remate porque nadie recuerda un clima así. Ni siquiera el invierno ha sido fresco, también se han batido nosecuantos records de calor. Si por lo menos llegara la tormenta vespertina todos los días, como debería ocurrir... pero no, ayer se resistió y no refrescó y hoy creo que los lagartos salen a pasear con cantimplora.
A ver mañana.


viernes, 12 de octubre de 2012

A por el carnet de conducir o carteira nacional de habilitação

Aunque venimos con el carnet internacional de conducir, obtenido en España previo pago de las tasas correspondientes, éste sólo tiene validez por una año así que si queremos no ser ilegales tenemos dos opciones:
1. Renovar en España, para lo que hay que ir a España y no sabemos cuándo iremos.
2. Obtener el carnet brasileño. Opción más aconsejable para una estadía de largo plazo.
Obviamente, optamos por esta segunda opción.

Voy a adelantar que teníamos una empresa asesora que nos echó una mano para indicarnos los papeles que necesitábamos, entre ellos: RNE, CPF, justificante de residencia y carnet español de conducir.

Con estos papeles nos dirigimos la sede de DETRANS (tráfico) de Sao Paulo, bajo cita previa para que no demoren mucho los tiempos. Teníamos hora a las 8:30 pero nos recomendaron llegar sobre las 8:00 porque en DETRANS no toleran los retrasos. No llegamos tarde, a las 7:50 estábamos pasando por la puerta con el coche pero nos equivocamos en una de las salidas y la liamos, dimos una vuelta subiendo y bajando puentes cruzando ríos y llegamos a las 8:20. Nada intolerable. Es cierto que tránsito es bastante denso en esta ciudad, ¿lo había comentado ya?

Primer trámite. El rápido.
El primer trámite lo teníamos hecho, era obtener una validación de los papeles, fuimos al segundo que consistía en rellenan una ficha electrónica con nuestros datos, obviamente, después de haber recibido un número y esperar a que te llamen. Este trámite fui ágil, las llamadas eran rápidas y seguidas, sin demoras, como en una máquina perfectamente engrasada. Girando sin parar.

El segundo trámite era, con el mismo número, esperar a que te llamasen para tomarte las huellas dactilares y hacerte una foto para el carnet.
Al llegar a esta cola empezamos a sospechar que algo no iba bien, la fila no era larga pero no entendía muy bien porqué se jugaba al juego de las sillas. La gente iba levantándose y sentándose cada vez en una silla diferente, siempre en la que se tiene a la izquierda. Preguntando se aprende así que nos enteramos de que el sistema que indica el número que toca ser atendido no va así que se hace una fila de toda la vida solo que sentado. La fila se movía y la gente era atendida. Hasta que estábamos a 4 puestos del final en el que comentaron que se había restablecido el sistema de las señas. Ahí empezó el dolor de cabeza. Resulta que todo el tiempo que habían estado sin sistema de seña a la máquina no le importaba y empezó a llamar a los números desde antes de que se estropeara el servicio. Y claro, no quedaba nadie allí de esos número, todos habían salido ya fotografiados y con las huellas tomadas.
Los atendimientos vacío. Trámite malo.
Pero no penséis que arreglaron esto, no. Los números se llamaban constantemente y subían muy poco a poco porque cada llamada era repetida cada cierto tiempo antes de pasar al siguiente número. Llegó un momento en que de las 40 mesas de atención solo atendían a una o dos personas y la cola esperando era inmensa, la gente se miraba extrañada y esperaba que llegara su número. Bastante ridículo.
Hablando con encargados, nada. Que había que esperar a que llame el número. Una hora después, todavía no había llegado a mi número y ya no entraba un alma en la sala. De repente sale  un número en la pantalla que era considerablemente superior al mío. Fui a preguntar qué ocurría y me dijeron que eso era así, que la máquina decía los números de esa manera. Unos minutos después pregunté a otra moza que conseguí que me ayudara. Reprogramó la máquina y me llamó a mi número, luego siguió con el orden inventado.
Conseguí que me sacaran la foto y me tomaran las huellas.
Fuera nos esperaban los de la gestoría y preguntaron con un sonrrisón que no les entraba en la cara:
-¿los sistemas cayeron?
Se ve que ocurre de vez en cuando. Lástima de trámite porque había empezado muy ágil y estaba ganando puntos y ya era firme candidato al premio al trámite más rápido. La candidatura fue retirada.

Vale, esto no acaba aquí, ¿eh? Ahora teníamos la autorización de DETRANS para que nos hagamos el carnet pero tenemos que demostrar que somos aptos física y psicológicamente. De ahí vamos al examen médico y al psicotécnico.
Tras pagar unos 130 reales en un local donde hacen este tipo de cosas nos evalúan.

1. Examen médico: Consiste en
  • ver si ves y si eres daltónico. Nada novedoso en esta prueba.
  • ver tu fuerza en las manos. Sí, es como dar un apretón de manos a un aparato que debe medir la fuerza.
¡Prueba superada!
Ah, me gusto ver que desde este centro médico tenían acceso a la base de datos de DETRAN ya que ya tenían mis huellas y mi foto. No es que me sorprenda esta posibilidad si no el hecho de que la tuvieran.

2. Examen psicotécnico:
Jefferson en el examen
Vamos a ponernos en situación. Entramos en una sala de unos 8 metros cuadrados con 4 mesas de estudiante, de esas que van unidas a la silla y tienen en el brazo derecho una tabla que sirve para apoyar el papel para escribir, una pizarra y una mesa para el "profesor" con un ordenador.
El encargado del examen nos distribuye las pruebas que considera convenientes. El orden no importa, por lo visto.
Prueba 1. Tipo test, te dan una serie de imágenes y tienes que completarla o completar la serie. Lo normal. Ejemplos reales del examen. Te dan un dibujo de un caballo con la parte de la cola borrada. Hay que indicar lo que va ahí, las opciones: una cabeza, unas patas, uno cuerpo, nada o una cola. Lo mismo con un dibujo de un coche en el que hay que indicar que lo que falta es el maletero. Había algunas pruebas un poco más complejas, pero la mayoría eran para sacar sobresaliente. Lo mejor era ver el cuadernillo de los test, todo escrito y apuntando en muchos casos a soluciones erradas (otras no). El "profe" se movía por el aula observando las respuestas de los examinandos y claro, el examen no se puede suspender, así que te decía las respuestas. Ni terminamos el test, cuando llevaba un 80% hecho dijo que con eso ya se aprobaba y se llevó el examen. Lo corrigió in situ en 0,1 segundos.
Prueba 2. Ir tachando señales de tráfico en orden creciente, eran todas iguales solo que llevaban un número del 1 al 50 que había que ir tachando en orden. ¿Objetivo? Desconocido, no se media ni el tiempo ni que se hiciera en orden, se podían tachar todos directamente.
Prueba 3. Tachar dibujitos. Te dan 3 figuritas que hay que tachar en una hoja llena de figuritas (este es más difícil de hacer porque no hay que tachar todo, ojo). Era cansado, muchos dibujitos pequeños, malo para la vista.
Prueba 4. Hacer palitos verticales y, cuando el "profe" indique, hacer uno horizontal. 5 minutos haciendo palitos y luego contarlo. Brrrr. Mano agarrotada.
A todo esto, nos dice el profe, que nos llama por el nombre a los 4 que nos examinamos, que esta prueba mide la agresividad. No se pero después de hacerla tenía rabia por haber pasado 5 minutos haciendo rallitas. Maaaalo.

Ahora creemos que nos darán el carnet un día de estos. Sería sorprendente no haber superado las pruebas.

martes, 2 de octubre de 2012

¿Quieres comer? Lanchonete

La entrada de hoy es sobre esos entrañables lugares repartidos por las calles de ciudades y pueblos de Brasil que sirven para llenar el estómago a precios adecuados. Sí, los lanchonetes. No se me ocurre una palabra que defina exactamente lo que es un lanchonete pero es una mezcla de cafetería de batalla y bar de barrio.

Aquí en Sao Paulo los hay a centenas, si una manzana quiere ser apreciada, necesita tener un lanchonete. A veces dos no sobran y otras hasta más si la manzana es prestigiosa.

Un lanchonete es un lugar de encuentro, abre pronto y cierra tarde. Por él pasan cientos de personas y, como tiene horarios tan largos, lo normal es que los mozos que lo atiendan trabajen a turnos para no quemarlos. El dueño no, el dueño abre y cierra y, en algunos casos sospecho que hasta reside ahí.
Cuando quieres tomar algo, un zumo natural, por ejemplo, vas a un lanchonete, estudias la disponibilidad de fruta fresca y pides en consecuencia. Por lo general los zumos están ricos. A mí me gusta mucho el de Maracuyá. Riquísimo, por 4 reales tienes tu zumo recién sacao de la fruta.

Si en tu devenir diario te da un apretón estomacal y te entra hambre, vas a un lanchonete. No importa la hora, puedes pedir un sandwich o un hamburguesa que te la preparan al momento: de queso, con bacón, con huevo,  con ensalada, con todo. La variedad deja al McDonalds a la altura del barro.

Si el apretón es a la hora de la comida, al mediodía, tienes también los platos típicos que te preparan en el lanchonete: Milanesas, filetones, raramente pescado y feijoada miércoles y sábados. Estos platos siempre acompañados de arroz, patatas, ensalada y salsas. Nunca te quedas con hambre, nunca. Y encima, a buen precio.

Una característica muy comentada y que diferencia un buen lanchonete de otro no tan bueno son las servilletas de papel. Aquí el lanchonete tipo, el de toda la vida, el que no te defrauda, tiene servilletas de papel hidrófugas, repelen el agua y rascan. Puedes emplear todas las que quieras para limpiarte el chorreón de ketchup del último bocado de la X-Burger que lo único que vas a lograr es esparcirlo. Sí, un buen lanchonete tiene estas servilletas. Las vimos en venta en un súper al por mayor, creo que el paquete de 2000 no llegaba a 10 reales.

Para seguir caracterizando al lanchonete es importante que la decoración de las paredes sea a base de azulejos blancos y azules. Si un lanchonete no los usa, sospecha y sigue andando hasta el próximo. Recuerda que cerca de un lanchonete siempre hay otro lanchonete. No se la razón exacta ni el motivo para una decoración así pero puede ser para facilitar la limpieza de las paredes ya que alguna vez el chorreón de ketchup llega a la pared y no hay forma de sacarlo con la servilleta pero un paño húmedo hace milagros sobre el azulejo, sin embargo, si la pared fuera papel o pintura, acabaría hecho unos zorros. Garantizado.

Un lanchonete puede ser grande o pequeño, con mesas o sin mesas pero lo que siempre tendrá es una barra donde tomarse los zumos o la feijoada, de pié o sentado en una silla alta incómoda. Ah, y la barra estará siempre llena cuando llegues.

Lanchonete de parque
¿Ubicación del lanchonete? Cualquier sitio, sí. Bien una lonja pequeña entre dos comercios, un una lonja grande entre dos pequeñas. No hay un lugar específico donde encontrar un lanchonete. Cualquier sitio es bueno. Lo que sí es destacable es el lanchonte de esquina. Creemos que es la mejor ubicación y es una característica del mejor lanchonete. En caso de duda seleccionese el lanchonete esquinero. Garantiza el acceso por dos calles, suele ser más amplio y más visitado y la calidad del mismo es óptima. Sirven bebidas, comidas y te dejan servilletas plásticas para la higiene. Es lo más.

Amén de que el lanchonete esté esquinado y cumpla todas las premisas anteriores para ser un buen lanchonete, el ruido es una característica intrínseca a estos locales y veamos porqué:
1. Están a pie de calle.
2. Tienen acceso directo a la calle, las puertas siempre abiertas. Y las puertas son del tamaño del ancho del lanchonete.
3. No hay insonorización y los azulejos hacen rebotar las ondas sonoras muy bien.
4. Por las calles, pase lo que pase y sea la hora que sea, pasan coches a todas horas y no coches eléctricos. De esos no.
5. Si el lanchone tiene mesas, lo más probable es que, al menos la mitad, estén en la calle.
6. Siempre hay gente, más a las horas de las comidas importantes: desayuno, comida y cena. Pero luego hay otras horas importantes también: hora del café de después de desayunar, la de comer un salgadinho antes de comer, el café después de comer y  el de antes de merendar, la merienda, y la recena.
7. En muchos casos, hay un quiosco de prensa cerca lo que anima el tráfico de gente que se para a charlar en la puerta del lanchonete.

Como veis, ir a un lanchonete no es un negocio fácil. Requiere planificación e inteligencia. Solo los mejores reconocen los mejores lanchonetes. La práctica es una herramienta que lleva a la experiencia y la experiencia lleva a la selección del mejor lanchonete.

Hasta ahora hemos comentado los lanchonetes puros pero no creáis que acaba aquí, hay meclas, uno de mis preferidos es el lanchonete panadería porque aúna lo mejor de un lanchonete con las suculencias de una panadería para la hora del desayuno. No es adecuado menospreciar esta posibilidad a la hora de desayunar. En caso de duda, un buen desayuno de lanchonete es el pan de chapa y un café con leche pudiéndose acompañar con un zumo fresco a gusto del consumidor.

Espero que las dicas dadas hoy sirvan para localizar un buen lanchonete en caso de necesidad.

Nos vemos en el lanchonete de la esquina.