Desde la ventana de la posada |
La llegada a Diamantina nos introduce en una ciudad más auténtica que Ouro Preto o Tirandentes, es mucho menos turística y hay muchas menos atracciones para turistas pero eso ha hecho que se mantenga más natural. De hecho, viendo fotos de hace 100 años se puede ver que no ha cambiado mucho más allá de añadir casas por el centro. La esencia del centro, a base de casas de poca altura, poco verde y calles empedradas, se mantiene perfectamente. Y los coches lo sufren sobremanera.
El alojamiento elegido esta vez es la Posada Reliquias do Tempo, una casa con sus años, colonial, bien cuidada. Con decoración de los años 30 y fotografías de los que supongo fueron los habitantes de la casa en aquella época. La posada ofrece un desayuno bien majo a base de fruta y bizcochos caseros que hace las delicias del más golosón. Lo que realmente destaca es el te de tarde, a las 17:30 suena una campana que nos llama cuando ya está caliente. Cada día ofrecen dos variedades de te para degustar, se acompaña de bizcoches caseros, rosquillitas y picatostes de pan frito que están riquísimos. Muy recomendable no perderse esta hora. Tras tomar el te y bizcocho hasta reventar se puede ir a una de las múltiples zonas comunes que tiene la posada a leer revistas, libros o jugar a juegos de mesa. Se puede pasar una lluviosa tarde de viernes santo la mar de bien en la posada.
En Apocalipse. Fuera llueve |
Comiendo en Diadema. Estos 4 días que por allí estuvimos visitamos unos cuantos locales de alimentación destacando la comida al peso del restaurante Apocalipse, con precios de unos 45 R$/Kg de comida el local es amplio y medianamente surtido de comida y postres, podría haber tenido más por ese precio. El café es gratis y nos sirvió para para acompañar la mesa después de comer porque justo al terminar de comer empezó a llover a lo bestia en Diamantina y quedamos sitiados en el restaurante.
En el Recanto de Antonio nos pedimos su afanado sandwich de bifé que tardo una vida en venir y que nos ventilamos en un volado. El lugar está muy chulo pero el servicio era muy lento.
En el Recanto de Antonio |
Libreria Café Espacio B. Ideal para tomarse unos cafés para recuperar fuerzas. Se pueden comprar o pillar libros de segunda mano para leer mientras se le da al café.
Seguiremos...
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