En el Cristo Redentor |
Cuando se ven imágenes de Río, lo normal es encontrar un par de ellas que son las más famosas representantes: El Cristo de brazos abiertos (Corcovado) y un par de montes que se adentran en el mar (Pan de azúcar). Obviamente nos acercamos a conocerlas, que no está demás.
La llega a Río se puede hacer por muchos medios de transporte, a mí me tocó el avión, medio rápido y bastante barato si no importa el horario. Mis primeras vistas de Río fueron pues, desde el avión, sobrevolando una llanura inmensa con casas humildes (o eso parecía). Una extensión inmensa.
Aterricé en Galeón, el aeropuerto internacional y, desde ahí, al sur de la ciudad, en un autobús que pasaba por el otro aeropuerto y se metía en la ciudad así que, de camino al sur (playas) dio tiempo a ver un poco de la ciudad en la que se mezclan calles radiantes, limpias, con mucho ambiente y tranquilizadoras, con calles en las que bien vendría una manita de restauración. Se ven unos edificios que recuerdan a otras épocas de esplendor pero que ahora están llenos de pintadas y hechos unos zorros. Pero, por lo visto, están por restaurarlos. Esto me quiere sonar que era por la zona del puerto, pero no me atrevería a asegurarlo 100%.
Quitando esta zona, luego el bus se mete ya por calles y carreteras muy dignas. Sorprende mucho las grandes avenidas, amplias y limpias. Con el asfalto impoluto, sin agujeros. En Sao Paulo es más complicado encontrar eso así.
El bus me dejó en la playa de Copacabana y desde ahí un pequeño paseo al hotel-apartamento a dejar la mochila y luego vuelta a la playa para verla. Copacabana es la playa que tiene un paseo con el suelo empedrado con dos tonos uno claro y uno oscuro, dibujando ondulaciones para imaginar que seguimos en el mar. Es una playa muy grande y con muchos chiringuitos playeros tanto en la arena como fuera de ella. También mucha gente haciendo deporte y mostrando músculo. La playa bien, gracias.
A la noche fuimos a cenar a Lapa, una zona de ambiente donde hay bares en los que dan de comer y de beber. La zona atestada de gente era muy agradable, tal vez la música la ponían un poco alta.
Largo do boticario |
El sábado fuimos a ver al Cristo Redentor y a mirar Río desde él. Hay varias opciones para llegar allá, desde viaje organizado a coche particular. Nosotros fuimos por la que parecía más interesante, el transporte público. Primero en bus hasta la estación de tren y luego en tren hasta el Cristo. En realidad creo que a la segunda parte no se le puede llamar transporte público, lo dejaremos en transporte turístico. Llegamos medianamente pronto pero el tren estaba lleno hasta hora y media después así que aprovechamos para ver la zona. Un poco más arriba de la estación del tren está el Largo del boticario , una calle con 3-4 edificios que fueron morada de un boticario rico que atendía a la familia real y que resultan bonitos con los colores en los que están pintados. Además la conservación de los mismos le da un toque añejo muy adecuado. Un rincón digno de conocer.
Tren al Cristo |
Vistas desde el Cristo |
Después de un largo rato por ahí nos volvimos al tren, llorando a moco tendido por tener que dejar aquello.
De ahí nos fuimos al barrio de Santa Teresa a darnos de comer un poco, después de pasear un ratillo. no mucho porque enseguida nos quedamos solos y no recomiendan caminar solo, nos metimos a comer en Santa Arte una feijoada especial de la casa (parecido a alubias con sacramentos) que nos supo a gloria, entre otras cosas porque en lugar de emplear partes "guarras" del cerdo, echaron partes bastante nobles y aquello estaba exquisito.
Graffitti en Santa Teresa |
Los arcos de Lapa |
La verdad que no es cursilería, es que es tan bonito o más que en las películas!!!
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