viernes, 6 de julio de 2012

Obteniendo el RNE (segunda y última parte).

El día antes habíamos pagado una tasa para la expedición del RNE, ahora teníamos todos los papeles para que nos dieran el RNE. O eso creíamos.
La policia está en Lapa, a un paseito de donde nosotros vivimos así que pillamos un taxi que allí nos llevara. La ida hasta allí no fue problemática, el taxista sabía llegar y, además, el edificio es inmenso y se ve de lejos con lo que casi no hay pérdida.

A la entrada nos identifican, nos preguntan a qué vamos y nos sacan una foto con una webcam. Nos mandan al segundo piso y allí enseguida nos atienden (¡inmedatamente!). Una chiquilla muy amable nos pide los papeles, los revisa, asiente con la cabeza, revisa los papales otra vez y nos dice:
-- Os falta pagar una tasa.
Y yo casi me caigo al suelo pensando en tener que volver a sufrir tortura por pagar una tasa en un banco. Nos comenta que son unos 60reales para la impresión del RNE. Afortunadamente nos cuenta también que hay sucursales en el edificio y nos da pistas para que podamos imprimir el documento necesario para poder pagar la tasa. Nos dice que vayamos al piso de abajo y preguntemos por Will.
-- También os falta compulsar las fotocopias del pasaporte -- comenta ella.
--¿Cómo?
-- Sí, es necesario que estén compulsadas por un notario.

Válgame Dios, payo. La fuente de información que teníamos que nos indicaba los documentos a llevar era un poco deprimente. En fín, ¿dónde encontramos un cartorio ahora? (Cartorio es notario en portugés) La chica tenía solución para todo y nos dió un papelillo, como el que va en las galletas de la suerte, con una dirección de un cartorio en Lapa.

Ahora, con nuevas instrucciones y quehaceres fuimos a la labor. Localizamos a Will en el piso de abajo casi por casualidad porque había más gente que en Normandía el día D. Amablemente nos imprimió los documentos para el pago y fuimos a la sucursal del Banco de Brasil que hay en el primer piso de la Policía, con un nudo en el estómago, esperando que no me dieran un número. ¡Y no me lo dieron! Fue llegar y besar el santo. Mandagüevos que podría haber pagado las dos tasas ahí en un solo minuto y no haber perdido una mañana el día antes.

Contentos como castañuelas fuimos a Lapa. Nos dieron unas instrucciones para buscar la notaría. Nos costó porque la dirección que nos dieron parece que no existe en Lapa. De todas formas, parece que el cartorio es el segundo sitio más popular de Lapa y nos ayudaron a localizarlo. Fue llegar y quedarme pasmado. Era como un centro comercial de notarios. Una lonja inmensa con diversos apartados y colas adecuadas para cada apartado.:
Servicios notariales
- Herencias
- Casamientos
- Fotocopias compulsadas
- Divorcios
- Escrituras de pisos
A todo esto, detrás de los mostradores hay un batallón de notarios poniendo sellos y compulsando como posesos. Si es que hasta los notarios están llenísimos aquí en Brasil.


Nosotros fuimos a la de fotocopias compulsadas, ahí dijimos lo que queríamos y nos dieron un número. Esperamos nuestra llamada y acudimos. Todo bien rapidito, como debe ser.

Volvimos a la policía atravesando una zona comercial inmensa con megafonía donde cada vendedor trataba de atraer a la gente a su lonja. Como en los mercadillos.
-- Calzoncillos para él,¡tres por diez!. Braguitas para ella, ¡múdese una vez al día por pocos dineros!

En la policía pues nada, comprobaron que teníamos los papeles y las tasas correspondientes pagadas y nos pasaron a hacernos el RNE.

Uno fue muy bien y rápido pero el mío me tocó esperar y esperar. Empezamos mal porque la becaria me indicó que pusiera el nombre donde había que firmar (y eso que le pregunté porque ponía firmar). y cuando se dio cuenta de su error se puso a hacer manualidad con pegatinas blancas y tippex para sacar una fotocopia del original y que yo la volviera a firmar. Creo que hubo tres intentos. Lo siento pero perdí la cuenta. Pero logramos tener el documento firmado y es lo que importa.
Después de eso ya era trabajo de ordenador, navegar por pantallas y metiendo datos. Pues nada, ahí estuvo media hora porque no se sabía el camino y no había nadie para explicárselo.  Al final una compañera la asistió y pudimos salir de ahí para que me tomen las huellas. Ya parecía estar todo resuelto. Me dieron.... ¿Qué me dieron?.. tic tac tic tac.... Un número, por supuesto.

En la sala de espera de la Policía
Nada a esperar otra vez. Ahí estuvimos cerca de dos horas, viendo al pájaro loco porque hay una televisión en la sala de espera. Si es que con tanto lío de vuelta pa'lante vuelta pa'trás, los señores de las huellas dactilares se habían ido a comer y no tardaron poco, no. Hicieron hasta sobremesa con partida de mus y patxarán. Esto lo intuyo yo por el tiempo que tardaron, no tengo pruebas y no supone una afirmación vinculante con la realidad.

Finalmente conseguimos los dos RNEs y nos volvimos a casa después de haber pasado 4,5 horas de trámites.

2 comentarios:

  1. Lastima que no sacamos foto del ambientillo de tombola em Lapa Y de los vendedores mas dicharacheros del lugar, microfono em Mano!

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  2. Y a la chica q nos reviso los papeles y nos agudo para completar todo en em dia deveriam darle el premio a funcionaria del anno! Lo normal hubiese sido q nos mandase al banco, volviesemos ilusionados, y despues nos hubiese mandado al cartório,y q lo buscásemos nosotros!!! Una crack!

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