Ante todo, las tarifas de las llamadas de móvil aquí en Brasil son carísimas. Las mejores ofertas dan la risa de lo que cuesta un minuto. Antes de decidir qué tarjeta comprar estuve haciendo un análisis de la opciones que ofrece el mercado Brasileño. Yo el móvil lo quiero principalmente para recibir llamadas y para conectarme a internet, esas eran las premisas así que busqué el operador más económico en ese aspecto (sobre todo el de internet). Comparé los precios de las compañías que operan por aquí: TIM, Oi, VIVO, Claro y alguna otra que no recuerdo. La que mejor tarifa tiene para internet es Claro y en prepago. Al cambio incluso es más barata que la que tenía en España con Simyo. Por 11,9 reales tengo 300 MB al mes a alta velocidad y luego, si consumo más, bajan la velocidad.
Curiosamente, en Claro la tarifa más económica es en prepago, se ve que no se fían mucho de los post-pagos, jeje. De todas formas, no puedo hacerme de contrato porque no tengo CPF todavía. Mi única opción es el prepago.
Decidido entonces por Claro, nos dirigimos a una tienda de Claro. Lo normal.
En la puerta hay un recepcionista que te pregunta que quieres y te da un número en un papel, como en la cola de la carnicería, pero en vez de cogerlo tu, te lo dan en mano que es más seguro y da un puesto de trabajo extra.
Entramos y nos sentamos a esperar, tenemos 5 números por delante, hay 18 mesas de atención y solo ocupadas 5 el resto vacías. Esperamos... esperamos... se va uno que se cansó de esperar, tenemos 4 por delante... se llenan 4 puestos más, somos los siguiente. Menos mal.
¡Cambio de turno en Claro! |
Me atiende un mozo muy amable al que le digo que quiero un chip pre pero que no tengo CPF y que la ley me permite comprarlo y registrarlo con el pasaporte. Me mira con cara de pez y me dice que le de un segundo que tiene un duda que va a consultar con su superior. Vuelve y me dice que ellos no pueden hacerlo, que puedo comprar la tarjeta yo mismo en el Carrefour y registrarla sin CPF.
Así que al Carrefour.
Busco la sección de móviles y me atiende una moza muy amable que me explica que la tarjeta son 10 reales pero que tengo que ir a pagarla primero a otro sitio. Voy al otro sitio y hay dos señores mayores hablando y probando un teléfono Nokia bastante clásico y normalito. Ahí están muy a gusto y yo detrás 10 minutos hasta que llega la cajera que había ido a por cambio para dar las vueltas a los idosos (señores de edad, en portugués).
Bueno, ya. Le pido que me cobre un chip.
-10 reais, por favor.
Le doy un billete de 50 y resulta que no tiene cambio. Acaba de volver de conseguir cambio y ya no le queda. Se ve que van a por el cambio justo. Me mira como con desesperación ¡¿otro paseo?! Le digo que no tengo más pequeño.
Afortunadamente había una señora detrás que me cambió el billete de 50 por 5 de diez y así no hice a la muchacha recorrer el Carrefour en busca de cambio de 50.
Me da un resguardo y vuelvo donde antes donde me lo cambian por un chip de Claro.
También me dice que el chip todavía no tiene número, que hay que meterlo en el móvil y se activa y me confirma qué número es.
En casa lo meto en el móvil y, efectivamente, me da un número para la región que quiero. Para Sao Paulo.
Al darme el movil me pide que lo registre así que lo intento... y me acaba pidiendo siempre el CPF de los demonios. Intento hablar con una operadora y no hay forma humana de que se ponga ninguna. Estarán buscando cambio. ¡Desisto! Espero que no me desactiven por no registrarlo. Y por ahora no lo han hecho.
Siguiente paso, hacer una recarga de saldo para poder contratar el paquete de internet. Claro, necesito una tarjeta de crédito o una cuenta en un banco y ¡un CPF!
Rediós, ¿a que me quedo sin opciones?
Menos mal que no lo doy por perdido, meto todos los datos de la tarjeta de crédito, cantidad a recargar y me invento un CPF... ¡y funciona!
Tengo un móvil prepago, sin CPF, sin registrar y recargado. Soy el amo de la barraca. Y con internet a un precio menor que en España. De las pocas cosas más baratas que he logrado comprar.