Afortunadamente, a mí no me cancelan el vuelo y, puntualmente despega en Bilbao y aterriza en Lisboa. Un par de horitas sin hacer nada más allá de comerme un bocata de tortilla que mi madre me había hecho y de tratar de enganchar la correa al reloj, que se le había soltado. Me costó más de 40 minutos el ponerla, no conseguía enganchar el pasador con los dos agujeros. Al final, el solo se ha enganchado, cuando ya lo daba por imposible.
Luego al avión que me traería a Sao Paulo. Me pillé un sitio con espacio para estirar las piernas así que no ha sido muy duro, me lo he pasado leyendo, durmiendo y viendo una peli. Aburrido pero no se ha hecho demasiado largo, solo han sido 10 horas porque también ha sido muy puntual.
Aterrizamos y vamos a aduanas, 10 minutillos más. Sin problemas y muy ágil todo... .excepto las maletas que tuve que esperar más de media hora, parece que las mías eran las últimas. Pero bien, no se ha roto ni perdido nada.
Luego voy a ver si puedo sacar dinero del cajero y nada así que busco un taxi directamente, que me lleve al centro por 113 reales.
Hacía un calor increíble, más de 33, seguro. Pasar de nieve a este calor en dos días tiene que ser insano.
Vista desde el apartamento. Ya anochece. |
Llegué y me salió a recibir (y pagar el taxi) mi señora esposa. Me acompañó al apartamento que no está nada mal. Estuvimos hablando y sacando cosas de la maleta y luego fuimos a cenar a un local cerca que dicen que son las mejores hamburguesas de SP. La mía no estaba mal.
Sao Paulo tiene un olor característico como a aceite o combustible, un poco más ligero que el que había en La Habana. ¿Puede ser mezcla del calor y de la contaminación? O que el asfalto caliente día tras día, huele así.
Luego a casa y a descansar que el día me había agotado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario